Los robots humanoides pueden realizar diversas tareas domésticas, como limpiar, lavar la ropa, ordenar y servir comidas. Su aspecto humanoide les facilita el acceso a objetos cotidianos y la navegación en entornos diseñados para humanos.

Estos robots pueden proporcionar asistencia personalizada a personas con necesidades específicas, ayudándoles a desplazarse, tomar su medicación o realizar actividades de la vida diaria. Contribuyen a aumentar la independencia y la seguridad de los residentes en sus propios hogares.

Equipados con sensores de movimiento, cámaras y alarmas, los robots humanoides pueden vigilar las viviendas en tiempo real, detectar intrusiones y alertar a los residentes o a los servicios de seguridad si hay algún problema, ofreciendo así una mayor protección.

En caso de accidente doméstico (como una caída o un incendio), los robots pueden alertar a los servicios de emergencia, prestar primeros auxilios o guiar a los residentes hasta la salida. Su presencia aporta un plus de seguridad, sobre todo a las personas que viven solas.

Los robots humanoides pueden interactuar con los residentes, mantener conversaciones sencillas y proporcionar una presencia amistosa, lo que resulta beneficioso para las personas aisladas o solitarias. También pueden proporcionar entretenimiento, como juegos, cuentos o música.

Como centros conectados, los robots pueden controlar los aparatos inteligentes del hogar (luces, calefacción, electrodomésticos) y asegurarse de que todo funciona correctamente. De este modo, optimizan el consumo de energía, fomentando un hogar más eco-responsable.

Para las familias con niños, los robots humanoides pueden desempeñar una función educativa ofreciendo actividades de aprendizaje adaptadas a la edad y las necesidades de cada niño. También pueden supervisar los deberes y ofrecer juegos educativos.

Los robots pueden vigilar la salud de los residentes tomando medidas básicas (como la temperatura y la tensión arterial), analizando los patrones de sueño y recordándoles que hagan ejercicio o sigan una dieta determinada, fomentando así un estilo de vida saludable.

Pueden ayudar a los residentes con las citas, las compras y otras tareas. También pueden proporcionar recordatorios importantes, como la toma de la medicación, lo que resulta especialmente útil para personas mayores u ocupadas.